Este es, sin duda, El punto. Aprender a saber dónde encontrar buenas imágenes, reconocer el potencial de una escena, saber esperar hasta tener todos los ingredientes para el disparo perfecto. Esto es el ojo fotográfico; ese ver el potencial de una gran imagen donde los otros no ven nada. Y es a base de mirar, de pensar, de inspirarse en los demás y en uno mismo, de practicar y sobre todo, de conocer el lenguaje fotográfico, que a base de entrenamiento, nos irá desvelando los secretos de una gran escena.